En 1928 el Dr. Fleming descubrió la penicilina. Desde ese momento, los antibióticos han tenido un papel fundamental en el control de infecciones y en el aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, usados de forma incorrecta, pueden tener efectos indeseados y la resistencia antibiótica es el más preocupante, llegando la organización mundial de la salud (OMS) a reconocerlo como una de las mayores amenazas para la salud mundial.
La resistencia antibiótica se produce cuando los antibióticos eliminan a los microorganismos más sensibles y prevalecen los más resistentes. Así, nuestros medicamentos pierden eficacia y las infecciones se vuelven más graves y duraderas. Este problema tiene dos causas principales: la primera es la mala utilización y el abuso de los antibióticos, tanto en humanos como en granjas de animales y la segunda es el exceso de profilaxis antibiótica.
La odontología tiene un papel muy importante en este asunto, ya que los odontólogos y estomatólogos prescriben un porcentaje significativo del total de los antibióticos. Uno de los mayores problemas a nivel bucal es el alto porcentaje de pacientes con enfermedad periodontal que posee patógenos en sus encías resistentes a un amplio abanico de antibióticos y que pueden poner en serio riesgo su salud general.
Es fundamental que todos comprendan los riesgos que representan estas “super bacterias”, que sigan en todo momento las indicaciones de un profesional cualificado y que no tomen antibióticos sin prescripción previa.
Ante la falta de desarrollo de nuevos antibióticos, la prevención de enfermedades y el uso correcto de los actuales es la única manera de que estos sean eficaces el mayor tiempo posible.
En clínica dental Ráez estamos comprometidos con esta causa tan importante. Valoramos y analizamos las necesidades de cada paciente de forma individual y realizamos estudios microbiológicos si es preciso para determinar a que patógenos concretos nos enfrentamos, utilizando en los casos necesarios el antibiótico más adecuado.
“Hay reglas sencillas para el uso de la penicilina: usarla sólo para los microbios que sean vulnerables a ella, aplicar la dosis indicada y que el tratamiento dure lo suficiente para eliminar la infección” (Alexander Fleming)
