Existen multitud de rumores sobre el efecto negativo del embarazo sobre la salud oral, de los cuales, la gran mayoría se alejan de la realidad.
Es cierto que, desde el segundo mes de embarazo, se segregan una serie de hormonas que modifican el entorno de la encía y facilitan una respuesta inflamatoria, dando lugar a lo que se denomina gingivitis gestacional. Aunque esta inflamación de la encía se produce en dos de cada tres mujeres, los cambios hormonales no son suficiente para desencadenarla y es necesaria la presencia de biofilm bacteriano para que ocurra, por lo que la gingivitis gestacional no presenta diferencias clínicas significativas con las gingivitis inducidas solo por placa bacteriana.
Sin embargo, si antes del embarazo la mujer ya padecía gingivitis, es probable que durante esos meses empeore, llegando incluso a desarrollar periodontitis.
Lo que está claro y ampliamente respaldado por la evidencia científica es que una inadecuada salud oral de la madre, antes y durante el embarazo, puede traer consigo problemas tanto para la propia gestante (preeclampsia) como para el feto (bajo peso al nacer y parto prematuro)
El tratamiento preventivo y una higiene bucal óptima serán, una vez más, los mejores aliados para disminuir la probabilidad de padecer cualquiera de estos problemas.
Hay que especificar que, el segundo trimestre del embarazo es el periodo más seguro para realizar los tratamientos dentales profesionales, pero, en caso de infección o enfermedad activa se deberá tratar en cualquier fase del embarazo con las medidas oportunas.
Desde Clínica Ráez estaremos encantados de solucionar cualquier duda que os pueda surgir sobre como mantener la salud bucal en esta etapa tan importante.
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